| El lugar
Se trata de un terreno dentro de un pequeño condominio
de 16 lotes ubicado en una zona del conurbano bonaerense,
tradicionalmente de quintas, que con la traza de la Autopista
del Oeste se ha ido, paulatinamente transformando, en
lugar de vivienda permanente. Ubicado frente a los terrenos
del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria
(INTA) esta localización tiene garantido a largo
plazo seguir manteniendo una situación de privilegio
respecto a su calidad de vida y su valor paisajístico. | | | | | | |
| El
encargo
Una casa para ser usada como vivienda permanentemente
de los arquitectos Besonías y Almeida que
traía
como condicionante fundamental, resolver las cuestiones
relacionadas con la seguridad de la misma en ese
lugar apartado y con pocos habitantes permanentes.
Se sumaba
a esta dificultad el hecho de que iban a ser de los
primeros vecinos en habitar el pequeño condominio.
Por supuesto la cuestión del cierre seguro
tenía
que ser resuelta sin que se resintiera la integración
interior exterior tema irrenunciable en todas las
obras del estudio. La otra cuestión a considerar
era la flexibilidad de uso ya que si bien sólo
la iban a habitar el matrimonio tenía que
estar preparada para recibir muchos visitantes y
alojar ocasionalmente
a sus hijos. Por último era condición
que la casa se desarrollara totalmente en planta baja. |
|
| La
propuesta
El estudio siempre encara cada nuevo proyecto como
una oportunidad de investigación en el campo
teórico-práctico de la arquitectura.
En esta ocasión
ya que resolución de la seguridad de la vivienda
resultaba tan relevante, pareció interesante ver
hasta dónde este fuerte condicionante podía
ser tomado como generador del proyecto. Hasta dónde
la formalización se hacía dependiente de
la solución del problema, y hasta dónde
se podía tensar esa dependencia sin afectar el
buen resultado estético, siempre operando dentro
de costos standars para una vivienda. |
|
|
Revertir una supuesta
condición negativa propia
de este encargo y transformarla en motor de una búsqueda
de soluciones que no desperdiciaran el potencial que
ese problema encierra, fue una decisión que llevó
a los proyectistas a proponer una casa que se extendiera
hasta las medianeras para sólo tener dos frentes
vulnerables. De esta manera las dos fachadas de casi
14 m de largo se transformaron en elementos esenciales
de este proyecto. De esta primer decisión y de
la necesidad de resolver el proyecto en planta baja surge
casi naturalmente la propuesta de crear patios internos
y así poder llegar con la luz natural y posibilitar
ventilación cruzada a todos los espacios de uso.
Se propuso entonces una casa resuelta en una planta
dividida en 12 módulos espaciales (cuatro de
frente y tres de fondo) de 3.30 metros de lado. Dos
de ellos están vaciados y se proponen como pequeños
patios interiores, con la vegetación como protagonista
en uno, y el agua en el otro. Estos espacios sin techo
se suman a los locales contiguos otorgándole
una sensación de mayor amplitud y una atmósfera
cambiante por los efectos que produce la luz entrando
a través de ellos y la contemplación
de vida que allí se desarrolla. Además
ofrecen un recorte del cielo y del paisaje circundante
desde los más variados ángulos de la
planta. |
|
|
La fachada hacia el frente se proyectó como un
plano compuesto por piezas de madera de quebracho apiladas
que otorga intimidad a los ambientes que dan hacia dicho
frente, además de resolver la hermeticidad de
la casa. Hacia el fondo el sistema elegido para otorgarle
seguridad de la vivienda debía resultar de rápido
accionamiento y un costo razonable. La propuesta fue
entonces una cortina metálica enrollable que cuando
se abre queda totalmente oculta dentro de unas vigas
invertidas del techo y que se acciona pulsando una tecla. |
|
La
organización funcional
La casa está retirada de la calle interna del
condominio por un jardín y un solado apto para
estacionar un auto, realizado con durmientes de quebracho
enterrados en la tierra.
Como la vivienda llega de medianera a medianera fue
necesario proponer, además de la entrada principal, otra
de servicio que posibilitara una entrada directa al fondo
del lote de manera de poder resolver las actividades
de mantenimiento de mismo.
Se accede a las dos puertas por un semicubierto. La
puerta principal se abre a un único espacio, con el patio
de agua y el patio verde como protagonistas principales.
Allí se pueden desarrollar las actividades de
reunión de una manera flexible, sólo determinadas
por su equipamiento. Hacia un lado de este espacio, y
protegidos de las vistas detrás de un tabique
colgante, se encuentran los dormitorios y los baños
y hacia el opuesto, la entrada de servicio, la cocina
(que se insinúa apenas a través del patio
verde) y el lavadero. Hacia el fondo las diferentes actividades
de la casa se extienden en un semicubierto que va de
medianera a medianera, haciendo muy indefinidos los límites
entre interior y exterior. La casa se vincula con la
piscina a través de un solárium el resto
del lote está libre para que empiece a ocuparlo
la vegetación proyectada.
|
|
|
|
|
|
|
Ficha técnica
Obra: Casa BA
Ubicación: Villa Udaondo, Ituzaingó, Pcia.
de Buenos Aires, Argentina
Arquitectos: María Victoria Besonías,
Guillermo de Almeida, Luciano Kruk
Superficie del
terreno: 418.53 m2
Superficie construida: 190.50 m2
Año
de construcción: 2011
Fotos: Gustavo Sosa Pinilla
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario